Amigos, nuestro pasaje de hoy es del hermoso, evocador y desafiante capítulo quince del Evangelio de Juan. Jesús declara que Él es la vid y nosotros los sarmientos. Él es la fuente de poder y energía por la que vivimos.
Esta imagen de la vid y los sarmientos está estrechamente relacionada, por lo tanto, con la metáfora de San Pablo sobre el Cuerpo de Cristo. El caso es que vivimos en Él y Él en nosotros. Jesús es fuente de vida sobrenatural en nosotros, y sin Él no tendríamos nada de eso.
Si estás separado de la vid, morirás espiritualmente; si estás conectado a Él, vivirás una vida sobrenatural. ¿Qué significa esto concretamente? Significa una inmersión constante en la oración de la Iglesia, una comunión constante con Dios, y hablar con Él con regularidad. Significa una inmersión en las Escrituras y empaparse en las verdades de la Biblia.
Significa dedicarse a las obras de misericordia corporales y espirituales. Y también participar en los Sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía. Por los sacramentos, nos mantenemos cerca del Cristo, quien perdona nuestros pecados y anima el espíritu.